Tedros Adhanom Ghebreyesus, (55 años de edad) que es biólogo y luego especializado en enfermedades infecciosas en Reino Unido por la década de 1990. Después de surgir en la ciudad china de Wuhan a finales del pasado año, el etíope ha tenido que lidiar con la rápida propagación de la Covid-19 entre las críticas del presidente estadounidense Donald Trump por su favoritismo a China.
"Sus episodios más oscuros están vinculados con su militancia política en el Frente de Liberación
Popular de Tigray (TPLF, por sus siglas en
inglés), un partido político de ideología marxista que nació vinculado a la minoría étnica Tigray a la que él pertenece -un 6% de la población etíope- y terminó derrocando la dictadura comunista
de Mengistu Haile Mariam en 1991, gobernando desde entonces en coalición con formaciones de otras etnias del país y modelando su ideario. "Tedros fue miembro del comité ejecutivo del TPLF, la
organización más fuerte del país durante los últimos 27 años. Las grandes decisiones sobre el país pasaron por ese comité", señala desde Adís Abeba a LOC Atnafu Brhane, director del centro para
el avance de los derechos y la democracia." (Elmundo.es, 2020)
Luego de conseguir un doctorado en la universidad británica de Nottingham, pasó del buró político del TPLF a la primera línea del Gobierno. Entre
2005 y 2012 terminó siendo ministro de Sanidad de Etiopía. En esos siete años reformó el precario sistema sanitario del país y captó el reconocimiento internacional. Pero su gestión no representa
la inocencia en su tarjeta de presentación. "Muchos le acusaron entonces de ocultar los brotes de cólera que sufrió Etiopía proporcionándole otra denominación, 'diarrea acuosa', para evitar
pronunciar la palabra cólera", evoca Brhane. Una concienzuda tarea de ocultamiento que comprometió la respuesta sanitaria -propagando la epidemia- y que salió a relucir durante su candidatura a
la OMS.
Anterior a tomar el organismo de la ONU, Tedros ocupó durante cerca de un periodo de 5 años la cartera de Asuntos Exteriores. De su desempeño al frente de la diplomacia etíope, los opositores
recuerdan el secuestro de Andargachew Tsege, un conocido activista prodemocracia, en el aeropuerto de Saná, la capital yemení, en 2014. Su rapto y transporte a Etiopía se produjo recién un mes
después de que Tedros viajara a Yemen y firmara con las autoridades un acuerdo de cooperación en seguridad. "La organización a la que pertenece ha sido acusada de graves violaciones de los
derechos humanos por encarcelar sistemáticamente a quienes ejercían su derecho a la libertad de expresión, líderes políticos, activistas de derechos humanos y periodistas. Son los principales
complicidades de Tedros", enumera Brhane.
También la oposición acusa al ahora director general de la OMS por malversación y corrupción en el Fondo Mundial para la lucha contra el VIH, la tuberculosis y la malaria entre 2009 y 2011, años en los que Tedros fue su presidente. Una auditoría realizada en 2012 exigió retorno de siete millones de dólares a Etiopía tras no confirmar que "los fondos concedidos fueran usados para la finalidad establecida". Elevado al puesto por la Unión Africana y China, Tedros cometió un conocido desliz al nombrar como embajador de buena voluntad de la OMS a Robert Mugabe, el entonces presidente de Zimbabue. La polvareda que levantó la loa a un dictador le obligó a rectificar.