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Terror en Mallorca, España

"Escenas de nervios, pánico y pasajeros heridos por caídas o el impacto de diversos objetos que volaron por los aires después del choque. Minutos antes de las once del pasado domingo, Ricky Stubbs, pasajero del crucero Britannia, amarrado en el puerto de Palma, se encontraba en el bar Sunset de la embarcación acompañado por sus hijos esperando a que se abrieran la puertas para bajar a tierra con su familia."

"Otros pasajeros y la tripulación del buque obligaban a entrar a todas las personas. Se podía ver claramente que algunos tenían heridas producidas por a caídas y también por objetos que habían salido volando. La gente estaba angustiada", asegura Stubbs. "Un par de minutos más tarde, el capitán pidió pidió a todos los pasajeros por megafonía que regresaran a sus camarotes hasta recibir más instrucciones".

La propia naviera confirmó tras las inspecciones que uno de los botes salvavidas del Britannia sufrió problemas estructurales haciendo imposible su reparación a bordo. Una familia galesa a bordo del Britannia contó a este mismo medio que el capitán había ordenado a todos los pasajeros que permanecieran en sus camarotes, al tiempo que les advertía: "Esto no es un simulacro", después de escuchar el fuerte impacto del choque. La explicación es que la mañana del domingo cinco bomberos y varios agentes de la Guardia Civil se encontraban a bordo para participar en un simulacro de una exposición. La realidad superó cualquier simulacro.