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Gobierno de Lula apunta a una totalitaria intervención

El Gobierno socialista de Lula da Silva prepara un masivo paquete de estímulo fiscal con “orientación verde”, muy similar al Green New Deal que proponían los demócratas extremistas de izquierda en los Estados Unidos. 

 

Se trata de un programa de créditos blandos financiado por el Gobierno federal a través del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), por un monto aproximado en US$ 61.000 millones de dólares o 300.000 millones de reales, una cifra que representa prácticamente el doble del presupuesto anual que recibe por ejemplo la NASA.

 

El objetivo principal del Gobierno es “reactivar la economía” a partir de estimular la demanda agregada, una receta ampliamente obsoleta y abandonada, que cosechó un gran sumario de fracasos en cada oportunidad en la que fue aplicada.

 

Se corre el riesgo de generar el efecto diametralmente opuesto: la masiva inyección de crédito en la economía a costa del Estado profundizará el déficit previsto, lo cual obligará al Gobierno a tener que endeudarse fuertemente en el mercado de capitales doméstico. Si el Estado se lleva una tajada más grande del total del crédito disponible en Brasil, esto significa menos crédito para familias y para empresas, lo que dirige a un aumento de las tasas de interés. 

 

Se genera en contraposición efecto marcadamente recesivo, y lo que realmente ocurre es simplemente una transferencia de recursos desde el sector privado (que los asigna eficientemente por las señales de precios) hacia el sector público, que impulsa proyectos arbitrarios y seleccionados a dedo por un ejército de burócratas.

 

Por otra parte, y dada la nueva regla fiscal que estableció el socialismo brasileño para el año 2024, la recaudación tributaria deberá incrementarse necesariamente si las erogaciones así lo requieren. Por lo tanto, el Gobierno deberá aumentar toda clase de impuestos que sin lugar a dudas tendrán un impacto negativo en el nivel de actividad.

 

De no ser por la persistencia de Roberto Campos Neto en el Banco Central de Brasil (gracias al blindaje legal que legó Jair Bolsonaro), las políticas de Lula podrían haber avanzado sobre las decisiones de la autoridad monetaria y haber establecido un nuevo régimen inflacionario de dominancia fiscal. 

 

Las reformas de Bolsonaro demostraron ser útiles para el desarrollo del país a largo plazo, ya que aún se mantienen en pie a pesar de los embates del nuevo Gobierno de izquierda.