La vicepresidenta Kamala Harris lleva 33 días sin proporcionar detalles claros sobre sus posiciones políticas, evitando conferencias de prensa y entrevistas importantes desde que asumió el rol de candidata presidencial demócrata.
Aunque Harris aceptó oficialmente la nominación durante la Convención Nacional Demócrata (DNC) el jueves y ha estado activa en la campaña electoral, no ha respondido a preguntas significativas desde su cambio en la fórmula presidencial el mes pasado.
Con la conclusión de la convención nacional del partido, aumentan las especulaciones sobre cuándo Harris romperá su silencio informativo, ya que los votantes están ansiosos por conocer sus posturas sobre temas controversiales como el fracking, la seguridad fronteriza y los seguros médicos privados.
En una de sus pocas interacciones con la prensa, Harris afirmó el 9 de agosto que planeaba "programar una entrevista antes de fin de mes". Sin embargo, con la llegada de septiembre en poco más de una semana, no ha anunciado ninguna entrevista pendiente.
El consejo editorial del WSJ criticó a Harris por ofrecer una visión para su presidencia que, en su mayor parte, se quedó en lugares comunes y promesas vacías. Señalaron que, aunque prometió crear "oportunidades", no especificó cómo lo haría. Aseguró que resolvería la crisis de vivienda, pero sin detallar los métodos ni explicar las causas de la crisis bajo su supervisión. Además, prometió reducir los precios sin volver a mencionar su reciente propuesta de controles de precios.
En una entrevista seria, es probable que se le cuestione sobre su grado de asociación con el historial de Biden. Además, tendría que abordar temas clave de política exterior, como la situación en Israel y Ucrania.