Caitlin Clark ha vuelto a hacer historia en la WNBA, estableciendo un nuevo récord a pesar de no poder llevar a las Indiana Fever a la victoria el sábado por la noche.
Con apenas 22 años, Clark se ha convertido en la jugadora más rápida en alcanzar 500 puntos y 200 asistencias en la historia del baloncesto profesional femenino, todo en solo tres meses de carrera en la WNBA.
Sin embargo, las Fever no pudieron celebrar este logro personal de Clark con una victoria, ya que cayeron por 10 puntos (90-80) ante las Minnesota Lynx. En ese partido, Clark sumó 23 puntos y repartió ocho asistencias.
Seleccionada como la primera opción del draft, Clark llegó a la liga desde Iowa, donde se destacó por su récord de anotaciones en la NCAA, especialmente por sus triples desde larga distancia. Ahora, también es conocida por su capacidad de asistencias.
"Siempre he tenido la habilidad de anticipar lo que sucederá antes de que ocurra", comentó Clark tras la victoria de las Fever sobre Phoenix el 16 de agosto, cuando lograron su primera barrida de temporada desde 2020. "Creo que ahora (Kelsey Mitchell) entiende cuándo quiero que haga un corte por la puerta trasera o cuándo debe cortar al aro. Es esa química que se desarrolla cuando te acostumbras a jugar juntas". "Hemos necesitado tiempo, pero creo que finalmente estamos empezando a dominarlo".
Cualquiera que haya visto los partidos, y sí, millones de fanáticos siguen atentos, puede notar la diferencia.
Después de un comienzo complicado, las Fever abrieron la temporada con nueve partidos en 16 días, perdiendo ocho de ellos mientras Clark luchaba por aprender el sistema de juego y encontrar su lugar en el equipo. Sus pérdidas de balón superaban en número a sus asistencias, y las dudas parecían superar a las respuestas, generando frustración.
Desde entonces, Indiana ha logrado recuperarse, con un récord de 12-7, asegurando su lugar en los playoffs. La angustia ha sido reemplazada por sonrisas y choques de manos, algo que no es coincidencia.
Un calendario comprimido entre el final de la temporada universitaria de Clark y el inicio de la WNBA dejó poco tiempo para que Indiana pudiera practicar o para que las jugadoras se conocieran mejor. Durante el descanso olímpico, la entrenadora Christie Sides ajustó la rutina de prácticas y desafió a Clark.
"En muchos ejercicios, le daba instrucciones específicas solo a Clark, obligándola a comunicar al resto del equipo las jugadas que estábamos ejecutando y las posiciones que debían ocupar", explicó Sides. "A veces lanzaba jugadas que no habíamos practicado antes, para que ella tuviera que pensar rápido y colocar a sus compañeras en el lugar adecuado".
Clark ha respondido a este reto, y sus compañeras parecen seguir su ejemplo.