Boeing ha enviado su cápsula Starliner desde la Estación Espacial Internacional (ISS), pero la misión se ha visto envuelta en problemas. La cápsula, que partió el viernes por la noche con los asientos vacíos, se dirige al campo de misiles White Sands en Nuevo México, donde se espera que aterrice aproximadamente seis horas después.
El regreso de los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams, originalmente planeado para una semana después del lanzamiento en junio, ha sido pospuesto hasta al menos febrero de 2025 debido a fallos en los propulsores de la cápsula. Aunque Boeing asegura que el Starliner es seguro, la NASA determinó que los defectos en los propulsores y las fugas de helio eran demasiado peligrosos, lo que llevó a SpaceX de Elon Musk a encargarse del regreso de los astronautas.
Mientras el Starliner se prepara para su descenso a la Tierra, el director del programa de tripulación comercial de la NASA, Steve Stich, expresó su entusiasmo por el retorno de la cápsula. Sin embargo, este incidente representa otro contratiempo para Boeing, que ha enfrentado escrutinio debido a una serie de problemas con sus aviones, incluyendo un incidente reciente en el que una puerta de cabina explotó a 16.000 pies en enero.
Debido a los retrasos, Wilmore y Williams, quienes debían estar en órbita solo una semana, se quedarán en la ISS al menos cinco meses más. Mientras tanto, los astronautas se han convertido en miembros a tiempo completo de la tripulación de la estación, colaborando en experimentos y mantenimiento, además de intensificar su ejercicio para contrarrestar los efectos de la ingravidez prolongada.
SpaceX, que se encargará de llevar a los astronautas varados de vuelta a casa en su próximo vuelo, lanzará su cápsula con dos astronautas menos de los cuatro habituales.