
El equipo de reformadores de costos del expresidente Donald Trump, liderado por el magnate Elon Musk, está listo para poner bajo la lupa el presupuesto más grande del gobierno federal: el del Pentágono. Con un gasto anual de 850 mil millones de dólares, el Departamento de Defensa ha sido acusado durante años de ineficiencia y despilfarro, y ahora enfrenta su mayor desafío en la era moderna.
"Vamos a encontrar miles de millones, cientos de millones de dólares en fraude y abuso", aseguró Trump en una entrevista con Bret Baier de Fox News. Su administración ya había hecho intentos de controlar el gasto en defensa, pero ahora, con Musk al frente de la ofensiva contra el despilfarro, la revisión promete ser más agresiva que nunca.
Objetivo: Reducción de Costos en Defensa

El Congreso aprueba el presupuesto del Departamento de Defensa con un alto nivel de detalle cada año, lo que significa que cualquier intento de recorte podría generar una tormenta política. Sin embargo, el equipo de Trump y Musk está enfocado en exponer los excesos y encontrar formas de optimizar el gasto.
Uno de los enfoques clave parece ser la reducción de la burocracia y la disminución de la dependencia en contratistas privados. A pesar de que Musk ha abogado por eliminar empleados federales, algunos expertos advierten que la subcontratación excesiva ha sido una de las principales causas del despilfarro en el Pentágono. Actualmente, la mitad del presupuesto de defensa se destina a contratistas, quienes manejan desde el soporte informático hasta la producción de armamento.
"El gasto excesivo del Pentágono se debe en gran medida a la contratación de servicios para funciones gubernamentales esenciales", explicó Julia Gledhill, investigadora del Stimson Center. "Crear capacidad interna en el gobierno podría ahorrar miles de millones".
Corrupción y Contratos Inflados
El Pentágono ha sido señalado repetidamente por su falta de control en los costos. Un informe de 2015 descubrió que podría haberse ahorrado 125 mil millones de dólares en cinco años mediante mejores negociaciones contractuales y simplificación de procesos administrativos. Sin embargo, los esfuerzos por implementar estas reformas fueron bloqueados por los propios líderes del Departamento de Defensa, temerosos de recortes presupuestarios.
Más recientemente, una auditoría de 2024 reveló que Boeing cobró de más a la Fuerza Aérea hasta un 8,000% en dispensadores de jabón, costando 149,072 dólares más de lo necesario. Además, una investigación del Congreso en 2018 reveló que la Fuerza Aérea gastó 1,300 dólares en cada taza de café recalentable utilizada en sus aviones de carga KC-10, acumulando una factura de 32,000 dólares solo en reemplazos de tazas rotas.
El F-35 y la Era de los Drones
Uno de los programas más costosos en la mira es el caza furtivo F-35, un proyecto plagado de sobrecostos y fallas técnicas. Musk ha criticado duramente la aeronave, llamándola "la peor relación calidad-precio militar de la historia" y afirmando que "los aviones de combate tripulados están obsoletos en la era de los drones".
Eliminar el programa F-35 podría ahorrar hasta 12 mil millones de dólares anuales, según un informe conjunto de Taxpayers for Common Sense y el Quincy Institute. Sin embargo, dado que Lockheed Martin fabrica piezas del F-35 en múltiples estados, cualquier intento de cancelar el programa enfrentaría feroz resistencia en el Congreso.
Otro objetivo en la lista de posibles recortes es el programa de misiles balísticos intercontinentales Sentinel, cuya eliminación ahorraría 3.700 millones de dólares al año. Algunos analistas argumentan que estos misiles han sido superados por alternativas más flexibles y menos vulnerables, como los misiles de lanzamiento aéreo y marítimo.
Reestructuración de Bases y Gasto Excesivo

Otra estrategia que el equipo de Trump podría considerar es la reducción del número de bases militares estadounidenses en el extranjero. Un informe del Stimson Center estimó que cerrar o reestructurar bases selectas podría generar un ahorro de entre 3.000 y 5.000 millones de dólares anuales. Bajo la presidencia de Ronald Reagan, un programa similar permitió cerrar 350 instalaciones y ahorrar 12 mil millones de dólares.
Además, el Pentágono ha sido criticado por su cultura de gasto excesivo, especialmente hacia el final del año fiscal. En septiembre de 2024, se registró un gasto récord en compras de lujo, incluyendo 6,1 millones de dólares en colas de langosta, 16,6 millones en filetes de costilla y 407.000 dólares en cangrejo real de Alaska. También se gastaron 211,7 millones de dólares en muebles nuevos, incluyendo 36.000 dólares en reposapiés.
Resistencia en el Congreso
A pesar de los llamados a la eficiencia, cualquier intento de reducir drásticamente el gasto del Pentágono enfrentará una fuerte oposición en el Congreso. "Si la historia nos dice algo, es que aquí comenzarán a surgir tensiones reales", advirtió Diana Shaw, ex Inspectora General del Departamento de Estado. "Hay demasiados intereses creados, tanto económicos como filosóficos".
Incluso dentro del Partido Republicano, que históricamente ha favorecido un presupuesto de defensa sólido, podría haber divisiones sobre qué programas deben ser eliminados y cuáles deben ser preservados.
Conclusión
El plan de Trump y Musk para reformar el gasto en defensa promete ser una batalla política de alto calibre. Si logran eliminar programas ineficientes y reducir el despilfarro sin comprometer la seguridad nacional, podrían dejar una huella histórica en la administración de los recursos militares. Sin embargo, la oposición en el Congreso y la influencia de la industria de defensa podrían hacer que estos recortes sean mucho más difíciles de concretar de lo que parece.