Las luchas demográficas de Japón están obligando a las empresas y comunidades a abrirse a un ritmo sin precedentes. El año pasado, el número de trabajadores extranjeros alcanzó un récord de 2,04 millones, un 12,4% más que en 2022, según el Ministerio de Trabajo. Se espera que esa afluencia continúe a un ritmo rápido. Sin embargo, incluso con las constantes entradas de trabajadores, la población inmigrante de Japón es sólo alrededor del 2%, la más baja entre las economías...